Como escudo con tipografía (Noto Jans) y colores (pantone7740C) nuevos el nuevo manual de identidad corporativa de la Junta ya es oficial. El paragüas de la ‘Andalucía Imparable’ deja su paso, de forma definitiva, a la ‘A’ que «ha inspirado el cambio».
A partir de ahora, el universo visual de la administración autonómica irá unificado bajo un conjunto de reglas para el uso correcto de los elementos que identifican a la institución. Afectará todos los organismos de la Junta de Andalucía, desde la Presidencia, pasando por las Consejerías y terminando por los consorcios.
De esta manera, se pone fin al proceso de actualización iniciado en febrero del pasado año. El Decreto 11/2020 sentó las bases de la nueva identidad, y ahora se completa y detalla todo el catálogo de usos en referencia a la imagen corporativa.
Escudo del Presidente
El nuevo ‘look’ de la Junta generó polémica en su momento. Con especial intensidad por la creación de una insignia específica para la persona titular de la Presidencia de la Junta. La aparición en el atril y solapa durante una rueda de prensa de Juan Manuel Moreno Bonilla desató la polémica.

El nuevo decreto (218/2020) contempla esta novedad justificándola en el «máximo nivel de representatividad y atribuciones» del Presidente o Presidenta, aunque la utilización se amplía a «aquellas personas que hubieran ostentado con anterioridad el cargo». Queda certificado de esta manera el Escudo enmarcado por dos ramas de laurel bajo la corona real con remate tipográfico en la parte inferior de «Presidente de la Junta de Andalucía», dejándose claro en la exposición de motivos que «no supone ninguna modificación del símbolo o escudo de la Comunidad Autónoma Andaluza».

Una cuestión que no ha terminado de convencer a la Fundación Blas Infante, que ha emitido un comunicado tildando esta novedad de «falta de respeto».
Principio de eficiencia en el gasto publico
Otra de las críticas que se realizaron tras el anuncio de la nueva identidad se basaban en el gasto que supondría la modificación de elementos de papelería, señalética o la renovación en elementos como coches o sábanas de hospitales. Ante esto, el decreto informa de que la implantación se hará de forma paulatina y «de conformidad con el principio de eficiencia en el gasto público», y atendiendo «a la vida útil de los diferentes soportes, así como a la disponibilidad presupuestaria»:
Su aplicación será progresiva: plazo de tres meses desde el momento en que se publicó (BOJA extraordinario 4 de enero) en papelería, entornos digitales y multimedia; de aplicación inmediata en publicaciones y presencia en medios de comunicación. En el caso de la señalización exterior deberá haberse realizado a lo largo de este año, y para la interior la moratorio de adecuación se extiende hasta enero de 2023.