Curiosidad, capacidad de asombro e inconformismo. Las zonas de confort saben que no esperan a Rosa Llacer, de «Descubre Comunicación». Ha estado enrolada en las cuatro grandes patas de la comunicación: medios, gabinetes, formación y agencias. Ahora va a más: abrirá nueva oficina en Madrid y comenzará la expansión internacional de su firma.
- Atendiendo a la Real Academia, una de las acepciones de ‘descubrir’ nos lleva al afán por “hallar aquello que estaba ignorado o escondido”. Fuiste partícipe del equipo fundador de Diario de Sevilla, DIRCOM en la administración autonómica y premio a la Excelencia como profesora universitaria. ¿Qué buscaba Rosa Llacer cuando inicia la travesía en una agencia de comunicación?
- El nombre de la agencia, Descubre Comunicación, en gran medida da pistas para la respuesta. Cuando tomé la decisión de crearla, tenía una carrera larga donde había estado en ambos lados de la trinchera, tanto en medios de comunicación como en la comunicación institucional, y me faltaban dos patas: la docencia y los gabinetes desde el punto de vista empresarial. En el primer caso, siempre me atrajo poder enseñar pero siendo honesta conmigo misma hasta entonces no consideré que era el momento justo para poder formar y trasladar mi experiencia. Que mis alumnos me reconocieran con esa distinción a la excelencia docente es de las cosas más satisfactorias que me han pasado en mi carrera y siempre digo que la docencia es probablemente la actividad que más me ha exigido personal y profesionalmente. Cada vez que entro en una clase, sigo haciéndolo con una mezcla de curiosidad, respeto y inquietud. Me impone y me parece una responsabilidad enorme.
Respecto al avatar empresarial, me llegó en un momento personal y profesional muy particular, que solo me pasó a mí y que no vale para manuales de coaching, donde decidí que había llegado el tiempo de dejar un trabajo cómodo y donde estaba bien considerada para descubrir algo nuevo. De aquel momento a este, “Descubre Comunicación” ha cambiando, es algo completamente diferente a lo que pensé hace cinco años pero todavía reconozco rasgos de esa idea inicial. Lo mejor es que tanto la agencia como las personas que formamos parte de ella hemos ido creciendo juntos, evolucionando juntos. En lo personal, el mayor descubrimiento ha sido descubrir que me gusta ser empresaria y que no se me da del todo mal. - Siguiendo con la palabra raíz, acepción tercera de descubrir, nos dirige la acción de dar luz en conocimiento “principalmente por tierras o mares desconocidos”. ‘Descubre’ está especializada en la gestión profesional de la comunicación en Medioambiente. ¿Por qué aportar soluciones socialmente responsables en este campo de actividad?
- Siempre he tenido una vocación medioambiental, claro. Mi curso de Doctorado versaba sobre Agua y Política Territorial y era la responsable de este tipo de información en el Diario de Sevilla. Cuando decido montar mi empresa voy depurando lo que quiero y no quiero hacer y fue casi evidente. ¿De qué sé? De Comunicación ¿Dentro de Comunicación, quitando la política que tenía claro que no, qué especialidad? Me gusta lo ambiental y viajar. Pues ahí enfoqué mi actividad. Hoy el 65% del área de negocio es green y el 35% turístico o de otros campos. Trabajamos con empresas directamente relacionadas con el sector, y como ventaja competitiva, el cliente se encuentra a gusto pues conocemos su lenguaje y entendemos sus necesidades a la primera. Por otra parte, están las empresas que se creen la responsabilidad social con una orientación de desarrollo sostenible y otros que empiezan a creérselos. El futuro, si entendemos futuro como el legado de esta generación a las generaciones venideras, será ecologista y feminista, o sencillamente no será. Y esto se está entendiendo cada vez más en las empresas.
- En el Quinto Centenario de la Vuelta al Mundo, usted cual Magallanes o Elcano prepara con su equipo un nuevo viaje en su agencia, comandada por una nueva propuesta de web. ¿Hacia dónde sopla los vientos de ‘Descubre Comunicación’?
- Una vez que hemos cumplido cinco años y hemos consolidado nuestra agencia en el mercado regional, ha llegado la hora se seguir explorando nuevas metas y objetivos. Estrenaremos web, nuevo branding pero estratégicamente ahora estamos centrados en la nueva oficina que espero podamos abrir en Madrid para la segunda mitad del año o inicios de 2020. Y también en nuestra expansión internacional, que me gustaría que comenzara por Portugal y/o América Latina. Me apetece mucho, bueno, creo que a todos los que hacemos Descubre Comunicación, nos apetece mucho aprender de otras experiencias y culturas, también en el ámbito de la comunicación. Está en nuestro ADN como agencia. En resumen, que queremos abrirnos a nuevos horizontes con un equipo engrasado y sobradamente preparado para este nuevo viaje, y al que reforzaremos con algún creativo brillante y experto en comunicación institucional y de crisis. Llevamos tiempos preparándonos y estamos afinando, con formación especializada, cómo construir y gestionar nuevos modelos de negocio. Ya competimos a nivel nacional y ahora buscamos asentarnos. Queremos ser competitivos en un mercado global.
- Para entorno cambiante, ecosistema viciado, tiempo inestable: el del periodismo. Fakes, medios que presuntamente colaboran con las cloacas del Estado, intereses contaminantes … ¿Cree que hace falta una “Hora del Periodismo” para concienciar y alertar sobre los peligros de una amenazada libertad de prensa y derecho a la información veraz?
- Es la “Hora de la comunicación ética”. Estamos en un negocio con muy buenas personas, pero muy ‘encanallado’ y toca ser más responsables de manera colectiva -en los medios, en las agencias, en las empresas, en los partidos políticos- pero también individualmente. Sabemos que a los sitios se llega rápido o se llega bien. A veces lo rápido no es lo mejor. Como ejemplo, para tener muchos seguidores en una red social puedes hacer una estrategia para transformar e influir sobre un objetivo estratégico, pero eso necesita tiempo, trabajo y recursos económicos. También se puede hacer ver que se crea una comunidad antes comprando seguidores, que es barato, cómodo y rápido. ¿Tiene algún sentido? A mi juicio, no pero se hace y hay a quien le funciona. Nada más hay que ver las legiones de bots y seguidores falsos que parecen marcar cierta comunicación política.
Por eso creo que como profesionales hay que empezar a poner fronteras éticas en el día a día. Hay que saber decir que no. Aún así, también creo que estamos en un proceso muy complejo de aprendizaje porque no somos conscientes todavía del cambio estructural que suponen los medios sociales. Hemos tardado 500 años en saber lo que cambió la imprenta y este fenómeno “social media” le está dando la vuelta al mundo unas cuantas veces al día y no tenemos capacidad para tener pensamiento crítico ni para adaptarnos a todos los cambios. Todo es nuevo, balbuceante, y, aunque seamos profesionales del sector, en muchas ocasiones no somos capaces de discernir entre bulo o realidad. No tengo ningún apuro en decir que a mí también me la cuelan. El tiempo nos dará perspectiva y sabremos como actuar, ahora quizás estamos tan inmersos que no podemos defendernos de igual a igual. Por eso, es tan necesario una “Hora de la Comunicación Responsable” y de un mayor compromiso de los periodistas y la ciudadanía. - Se habla mucho del diagnóstico pero ¿Qué soluciones propondría para reforestar la credibilidad en los medios?
- Ojalá lo supiera (risas). Cuando pierdes la credibilidad es difícil volver a recuperarla y esto pasa en todos los ámbitos: en la política, en la empresa, la comunicación o incluso en la pareja. La crisis, la presión de los anunciantes, la propia labor de los gabinetes de comunicación … han hecho perder prestigio social y el papel de orientar de los medios en relación a la ciudadanía. Creo que, de ser posible recuperar esa confianza, se recupera haciendo periodismo, sin prisas, con solidez empresarial y confiando en el capital humano, fundamental, pero quizás esto solo no sea suficiente. Las informaciones llegan sin filtro a las redacciones, directamente de empresas y partidos políticos a través de agencias de comunicación, y en muchas ocasiones se difunden a la ciudadanía de la misma manera porque ya no hay gente en las redacciones en número suficiente para hacer periodismo; es decir, comprobar, jerarquizar y trasladar de manera comprensible una información. Todo esto ha permitido que surjan modelos de negocio que no podíamos imaginar hace unos años como el fact checking pero tampoco podemos ignorar que a la vez que estos nuevos medios que apuestan por el periodismo también ha surgido redacciones enteras que se dedican solo y exclusivamente a construir mentiras y agencias que gestionan legiones de bots intentando manipular la opinión pública y la percepción de la realidad. Y, más allá modelo de negocio, tampoco termino de entender ni creo que sea bueno que muchos periodistas se vean en la necesidad de defender públicamente y a capa y espada determinadas banderas ideológicas o políticas. Soy bastante clásica en ese aspecto y me gusta el periodismo en tercera persona. La verdad es que no tengo claro si será posible recuperar la credibilidad de los medios ni cómo se conseguirá pero estoy segura que los profesionales honestos, honrados y comprometidos con el periodismo, que son la mayoría, tienen muchas de las claves de ese hipotético futuro mejor.
- Jeanne Baret fue una botánica francesa y la primera mujer en dar la vuelta al mundo a través de sus océanos. Eso sí, tuvo que hacerlo disfrazada de hombre. Para finalizar, ser mujer y emprender en comunicación ¿Es una aventura o se van conquistando plazas en este sentido?
- En lo personal pienso que no me ha supuesto ningún problema pero eso no significa que ha sido igual para otras mujeres. Soy una feminista tardía, no en el sentido de la la lucha de la igualdad de hombres y mujeres, que eso lo he sido desde que nací, pero sí en la defensa activa del feminismo como movimiento de transformación social. Cuando me hago empresaria me doy cuenta que todas la reuniones con consejeros delegados, directores generales, de marketing, personal … son hombres, hay un porcentaje de mujeres bajísimo. ¿Por qué? Es evidente que hay dificultades para llegar a puestos de responsabilidad, sobre todo en la empresas, y la única manera de darle solución es reconocerlo. Yo no me he tenido de disfrazar de hombre pero veo como otras mujeres sí tienen dificultades para optar a una determinada posición en el mundo empresarial o laboral. Eso me ha reafirmado mi feminismo y creo tengo que contribuir a romper este techo de cristal.