Resulta emocionante como esta pandemia, la crisis más grave vivida por una gran cantidad de millones de españoles, está sacando también lo mejor de nuestra sociedad. Una sociedad de superhéroes en hospitales, cuerpos de seguridad, en cada uno de los hogares (y los que no tienen hogar) … y también de los medios de comunicación.
Los periodistas y sus editores, desde la redacción a la dirección, están a la altura de esta situación excepcional. Por vocación de servicio a la sociedad, por compromiso con el bien común y porque saben muy bien, llevan en el ADN, el ejercicio de responsabilidad que ahora toca.
Conviven con el bicho en la puerta de hospitales, en las instituciones y ponen en peligro su vida porque su vida es contar lo que pasa, informarte, ser pedagogos y ejercer una función de control a las instituciones. Son agentes activos para combatir el COVID19, lo saben y lo más importante: lo demuestran.
Y se hace patente en cómo ha subido el consumo de medios de comunicación en estos días. Como ejemplos se puede citar que los el pasado viernes los españoles pasamos 414 minutos frente al televisor, o el hecho de que durante la semana del 7 al 14 se publicaran 161.913 informaciones relativas al COVID, llegando a una audiencia potencial de 107 millones de personas.
Tras todo este volumen están periodistas, empresarios y empresas auxiliares. Con sus cuentas de resultados, con sus vidas y familias. Empleo y generación económica. Para una misión capital: el derecho a estar informados con rigor y veracidad. Sin embargo, todo este consumo de medios no se está acompasando con una mayor publicidad.
Y eso provoca que sean muchos puestos de trabajo, y la supervivencia de muchas empresas, incluyendo agencias de publicidad y comunicación, freelances … las que estén en juego. Y también una información fiable y en la se pueda confiar, que ponga coto a los bulos y mentiras. Y desde las asociaciones de la prensa y colegios profesionales creen que es también el momento de que las administraciones se mojen y no frenen en seco en su inversión publicitaria.
FAPE
De esta manera, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), ha solicitado al Gobierno que estudie y apruebe un plan de ayudas específicas a los medios de comunicación para evitar que el desplome de la publicidad.
La FAPE alerta al Gobierno de que el periodismo, uno de los pilares de la democracia, no puede permitirse una repetición de la crisis del decenio de la recesión, donde el sector de los medios fue uno de los más golpeados, con 13.000 empleos perdidos y decenas de empresas cerradas.
La desaparición de medios no solo es grave por la pérdida de empleos, sino que afecta también a la necesaria pluralidad informativa que exige la democracia para que los ciudadanos formen su propia opinión y tomen sus decisiones en libertad.
El Gobierno debe considerar el impagable servicio público que, en esta durísima crisis, están prestando a la sociedad aquellos medios que apuestan por la información veraz, verificada y contrastada con fuentes fiables, base del periodismo de calidad, que es sin duda la mejor barrera contra las noticias falsas, los bulos y los rumores que tanto daño están haciendo a la personas y a la democracia.
Red de Colegios Profesionales de Periodistas
Por su parte, esta Red de colegios profesionales han solicitado al Gobierno de España la adopción de medidas vinculadas al mantenimiento del empleo en el sector de la comunicación y la información así como al sostenimiento del trabajo de los autónomos que prestan servicio en los medios, un colectivo desgraciadamente cada vez más numeroso.
Igualmente, insta al Gobierno a que apruebe urgentemente un paquete de ayudas destinado a garantizar el ejercicio del derecho a la información. Las empresas y los profesionales de la comunicación, cuyo trabajo es siempre decisivo pero resulta aún más relevante en estos días de crisis sanitaria y que constituyen además el principal instrumento público de lucha contra la desinformación