Mal que les pese a los antimonárquicos de Podemos, el eslogan elegido para su última campaña recuerda irremediablemente al pasaje en el que el rey emérito le espetó a Hugo Chávez el ya consabido, “por qué no te callas”. Es lo peor que le podría pasar a estas señoras que ahora se dedican a poner en la diana a determinados periodistas y medios de comunicación no afines a la causa y a su discurso.
Piden, en el video de marras, que este país y en este momento necesita rebeldía. Ellos se arrogan la capacidad de abanderarla. Casi nada. Para ello, hacen un ejercicio de demagogia y de falta de valores pasmoso. Señalar a periodistas por el simple hecho de no compartir sus soflamas es muy peligroso aparte de resultar de mal gusto.
Ana Rosa y la Cope ya se encargaran de darle cumplida respuesta en sus medios respectivos. Pero la profesión, a través de los colegios profesionales debería darles de entrada un tirón de orejas y censurar su terco proceder con este señalamiento sin precedentes y tan peligroso. Convendría recordar que la libertad de expresión es una de las bases de la higiene democrática que ellos antes tanto ansiaban y que ahora se empeñan en cercenar. El famoso “jarabe democrático” parece ahora que se les atraganta a tenor del video tan chabacano.
Hay que poner coto a estos desmanes que sin duda irán creciendo a lo largo de la campaña electoral. Atrás quedan las campañas del PSOE basadas en el doberman que se asociaba a la figura del vicepresidente Álvarez Cascos. Visto el desatino de Podemos en el video que circula por las redes sociales, el doberman mencionado queda subsumido en mero caniche faldero. Quedan 46 días de campaña. Atentos que vienen curvas.