- Un estudio de la UOC recoge que el apoyo a Ucrania ha sido clave para que la versión rusa de los hechos no convenza.
- La rápida respuesta de las instituciones europeas se ha convertido en vital para desmontar la propaganda más organizada
La guerra entre Rusia y Ucrania se ha jugado también con la información, aunque al país siberiano no le haya salido bien la estrategia. Durante el conflicto de ambos países muchas naciones de occidente han mostrado apoyo al país ucraniano. La rapidez de las instituciones, sobre todo, europeas, en desmentir la propaganda ha sido clave para el fracaso ruso en este ámbito.
«La desinformación intenta eliminar los símbolos para que parezca que el conflicto no existe«, ha afirmado Alexandre López-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya. La estrategia de información rusa se ha basado en intentar hacer ver una situación no bélica, primero, negando bombardeos y víctimas, o acusando a civiles de influentes.
Las claves del fracaso de Putin
Rusia ha perdido desde el primer momento la batalla de la información. Putin no ha podido ejecutar su estrategia en la guerra de la información para vender su realidad y estas son las claves de su fracaso, según un estudio de la UOC.
1. La sociedad se ha volcado con Ucrania
El 80% de los europeos considera inaceptable la invasión, según una encuesta de Euroskopia. Además, 8 de cada 10 estadounidenses apoya las sanciones económicas al país siberiano, según un sondeo de la Universidad de Monmouth. «Al inicio de un conflicto, lo más importante es la batalla por el relato, esto es, con quién está la sociedad y a quién culpabilizan y victimizan«, explica López-Borrull. En la misma línea se pronuncia Alberto Quian, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. Para él, “el uso que hace el presidente Zelenski de las tecnologías y canales de comunicación como un ciudadano más” ha sido clave en esa conexión con el pueblo ucraniano. La imagen distante de Putin hace que el presidente ucraniano consiga la victorial moral de la ciudadanía.
2. Los bulos no funcionan sin polarización
El hecho de que la mayoría de la sociedad occidental esté del lado de Ucrania neutraliza el efecto que los bulos pueden tener. «La eficacia está siendo baja porque es necesaria una polarización de la sociedad, que es lo que convierte en virales estos bulos«, explica López-Borrull. Aún así, son ya diferentes falsas noticias las que empresas de verificación como Newtral o Maldita.es han tenido que desmentir. El ejemplo del bombardeo del hospital de Mariúpol es solo un ejemplo. Comprobar datos es esencial en los conflictos, ya que, por una parte, medios de comunicación cubren con reporteros a pie de calle lo que se está viviendo en las zonas asediadas y, por otra, la propaganda y los bulos intentan viralizarse entre la ciudadanía.
3. Putin se queda sin aliados
El presidente ruso ha gozado durante años de numerosos lazos con la ultraderecha europea, pero estos partidos tras el ataque han ido blanqueando esas relaciones. China por su parte no ha tenido la respuesta esperada por Rusia. Igual que el de la misma ciudadanía rusa. Además, Putin en su propio país, “podría ser considerado un villano si la población padece penurias”, declara Quian. También comenta que el presidente ruso solo sería héroe en su propio país y si logra derrocar a la OTAN, no bastando solamente con Ucrania. Y por su parte, el presidente ucraniano, Zelenski será recordado como un héroe nacional gane o pierda la batalla. «El relato completo sobre Zelenski ya se ha escrito, al menos en Occidente: si resiste, será declarado un héroe nacional y de las democracias occidentales; si es derrocado o muere, será mártir nacional y, por tanto, también un héroe», comenta Quian.
4. Sputnik y Russia Today vetadas en la Unión Europea
Los medios oficiales del Kremlin no pueden consumirse dentro del espacio comunitario. Este veto resulta un gran problema para la propaganda que Rusia pretendía lanzar, pero que actualmente ya no puede. Rusia ha perdido el canal que le permitía intentar convencer a la ciudadanía europea de los motivos de esta invasión y tiene poco margen de maniobra para vender su versión de los hechos. Según Quian, así solo queda recurrir a la ciberguerra, que va a por las redes de información para controlarlas o destruirlas principalmente. Pero este frente, se escapa del ciudadano común.
5. La importancia del fact-checking para el periodismo de guerra
La verificación de los datos es crucial en la guerra ucraniana y consigue quitar fuerza al clickbaits o ciberanzuelos. Y es que los reporteros están cubriendo una información que no solo presencian, sino que, como recuerda Alexandre López-Borrull, «verifican antes de informar». Además, crece la importancia de la inteligencia de fuentes abiertas. Se trata de datos accesibles para cualquier persona disponibles en múltiples fuentes, que permiten desmentir de forma inmediata muchos de los elementos propagandísticos .
Hablamos de desinformación, pero también existe la sobreinformación
La principal estrategia durante la guerra es crear información falsa para vender tus hechos, pero la sobreinformación también es clave. López-Borrull y Diego Redolar, profesor de Neurociencia en la UOC, han analizado las consecuencias de una sobreexposición a datos continuos sobre la guerra. «No vivimos una percepción de alarma permanente comparable al de una víctima directa de la guerra, pero puede generarnos trastornos del sueño y hacernos aumentar el riesgo de crisis de ansiedad«, explica Redolar. Para evitar estas situaciones ambos expertos recomiendan consultar una vez al día fuentes fiables sin llegar a saturarnos. Informarse en pequeñas dosis es lo correcto para nuestra salud mental también, según el neurólogo.