En el marco incomparable del Palacio Guardiola de Sevilla, ha tenido lugar la entrega de los XXV Premios Fernando Lara. Presidido por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, esta edición ha estado marcada por la pandemia y por unas medidas de seguridad que ya comienzan a ser parte de nuestro día a día.
El acto ha sido presentado por el periodista, Jesús Vigorra que ha comenzado haciendo referencia al retraso de un entrega de premios que habitualmente se celebra en el mes de mayo en los Reales Alcázares y que ya es una cita ineludible dentro del panorama cultural andaluz.
Los Premios Fernando Lara se han tenido que adaptar a estos nuevos tiempos a un formato inusual pero siguiendo y manteniendo los pasos y el protocolo que marca, desde hace años, la forma de elegir la novela que merece el Fernando Lara.
José Crehuera, el presidente del Grupo Planeta ha querido resaltar el objetivo de fomentar la creación literaria y conseguir la máxima difusión a lo largo de veinticinco años en los que se han presentado 5.706 obras desde su creación y, concretamente, este año, un total de 241 ejemplares.
Crehuera ha invitado a todos los presentes a la lectura de un libro que “te hace reflexionar y que engancha desde el primer momento”; y también ha tenido un recuerdo para el fundador de la Editorial Planeta, José Manuel Lara y a cómo consiguió que estos premios se sintiera en su casa porque este era el lugar de nacimiento de un hombre que apostó por hacer llegar la literatura a todos los rincones del mundo.
También ha habido momento para recordar a uno de los autores, que se presentó a los Fernando Lara, que sin ganarlo consiguió que su novela se convirtiera en uno de los libros más vendidos y que falleció hace apenas unos meses: Carlos Ruiz Zafón y La sombra del viento.
Gónzalo Giner, ‘La Bruma Verde’
Muchos son los medios de comunicación que han acudido a la cita, muchas las ganas de libros y de cultura, de volver a encontrarse a pesar de las distancias y ésta, ha sido una ocasión única para volver a reencontrarse tras los meses de confinamiento.
Fernando Delgado, el portavoz de un jurado que se reunió el pasado mes de julio, ha sido el encargado de anunciar al autor ganador del Fernando Lara de este año. Y junto a él, Juanma Moreno, el presidente de la Junta, el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, el vicepresidente del grupo Axa, y el presidente del Grupo Planeta.
Juntos han arropado al nuevo Premio Fernando Lara y han acompañado a un Gonzalo Giner emocionado tras una mascarilla de obligado uso, y que ha subido a recoger el premio aplaudido por un público que, aunque poco numeroso, ha sabido dar calor a este novelista con alma, vocación y profesión de veterinario.
La bruma verde es el título de su obra y Bineka, su protagonista, es la mujer que encierra en sus ojos el color verde que la selva le ha regalado y que marcará una historia llena de fluidez y claridad, y una clara revelación de la realidad. El Congo ha sido el lugar elegido por Giner para una historia en la que la naturaleza, la conservación de esa y el buen uso de los recursos naturales, de uno de los lugares más amenazados por las nuevas formas de agricultura, se entrelaza en una trama construida bajo cuatro miradas.
Los ojos verdes de Bineka; la mirada de Lola, una gallega que trabaja en una empresa tecnológica; la visión de los cooperantes y el silencio inteligente de los primates, son las vidas cruzadas que tratarán de concienciar a los lectores que nos acerquemos hasta sus páginas y que nos descubrirán un lugar impresionante, desconocido, peligroso y lleno de magia.
Giner ha escrito de una África vista desde los ojos verdes llenos de selva de Bineka, una mujer que la esencia pura, que lucha por mejorar su entorno, el mundo y su vida propia. Habla del cambio climático y de una llamada a la concienciación y en una cosa tan sencilla como preguntarse en por qué se está destruyendo las zonas que oxigenan el planeta.
La bruma verde es un libro en el que la profesión de veterinario del autor ha marcado profundamente ésta novela. Una historia en la que el amor y una llamada de atención de la naturaleza al hombre, han resultado ser el aliciente para mostrarnos cómo la mano de éste está destruyendo, poco a poco, el segundo pulmón de la tierra tras el Amazonas.
Y así es como ha transcurrido esta entrega del Fernando Lara de novela. Un esperado evento que ha vuelto a ser, a pesar del Covid-19, el acto en el que el libro es el verdadero protagonista.