Los premios que llevan el nombre de su impulsor, Basilio Paraíso, solo podían poner en valor aquellos que fueron su verdadero leitmotiv a lo largo de su prolija existencia. Este altoaragonés, nacido en Laluenga, fue básicamente un hombre de negocios. Ahí destacó por un proceder que ahora viene a primer plano de actualidad con unos premios que ganan peso entre la sociedad aragonesa conforme van cayendo ediciones.
El eficaz gestor que fue es lo que ahora se reconoce con los premios denominados muy apropiadamente “El Valor del empresario”. Se premian en diferentes facetas a hombres y mujeres de empresa que, como él tratan de difundir los intereses mercantiles y empresariales en Aragón. Aunque con la globalización que Paraíso no conoció, los premios y las medallas que los acreditan trascienden ya fronteras con mucha facilidad.
Pasión por la empresa y los medios de comunicación
De Basilio se podría hablar mucho. Solo destacaremos tres aspectos que dan una dimensión real de su preclara capacidad para ser un adelantado a su tiempo. Fue presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza junto a dos pasiones que marcarían una vida de entrega, la empresa y los medios de comunicación.
No falta en su biografía el honor de haber creado la prestigiosa Escuela de Negocios de Zaragoza, referente de varias generaciones de algunos destacados empresarios que han pasado por esas aulas y que hoy disfrutan con estas medallas.
Hablando de fronteras, Basilio Paraíso presidió el comité ejecutivo de la Exposición Internacional Hispano-Francesa de 1908. Otra visión avanzada a su tiempo. No en vano fue germen y guía de la Expo de 2008 que acogió Zaragoza con notable éxito.
Los premios Basilio Paraíso llevan también su impronta, un sello indeleble de rigor, eficacia, visión a largo plazo y un amor declarado a la tierra que le vio nacer y que le honra cada año. La Fundación palpita empresa y lo hace con valor, con muchos valores. Felicidades.
