Hoy nos hemos sentado a los pies del más famoso (e imponente) acueducto con este grupo de periodistas que son la representación de decenas de profesionales de la información de provincias que en Segovia, en este caso, lucha, trabaja y mantiene el papel de los medios locales.
Si algo tienen en común todos los reportajes de esta serie es que sus participantes suman años y años de experiencia, de trabajo, de kilómetros recorridos, de entrevistas, fotos, sucesos, imágenes, sonrisas, lágrimas, abrazos, enfados y un sinfín de noticias que han llegado a alegrar, cabrear, entristecer y, sobre todo, ayudar a aquellos lectores, oyentes y telespectadores que son fieles a los suyos, a sus medios, a los que le cuentan lo que les interesa. Son la audiencia fiel del periodismo de provincias, de antes y de ahora, donde todo parece estar al alcance de todos.
El periodismo de provincias en la era de la sobreinformación
«Quiero pensar que en esta era de la sobreinformación el periodismo local siempre acabará sobreviviendo». Es la frase de esperanza con la que Miguel Ángel Fuentetaja, Radio Segovia y La 8 Segovia, cierra un comentario con el que se lamenta de lo que han traído internet y las redes sociales para la profesión. A pesar de la pesadumbre que supone trabajar con pocos medios, él sigue creyendo en el trabajo bien hecho, en el que se cuece a fuego lento.
La inmediatez diaria con la que conviven todos los profesionales de la comunicación es un handicap para los que trabajan en provincias porque, como explica Patricia Martín, de la Agencia Ical, «el sueldo no aumenta en la misma cuantía que las exigencias que ha traído la irrupción de esa inmediatez y consumo rápido de información». Echa de menos, dice, «tener más tiempo para contar historias personales y curiosas». Pero, aún así, Patricia y el resto siguen adelante, a diario, porque creen en el periodismo y porque tienen la suerte de dedicarse a un oficio que ellos mismos eligieron y que, además, hacen en su tierra.
Una tierra habitada (y despoblada, ¡qué paradoja!) por miles de ciudadanos que cada día buscan en ‘sus’ medios locales esa información ‘de cercanía’ que da título a esta serie. Vecinos que saben que tienen, con ellos, esa «correa de transmisión», como lo define Marcelo Galindo, de El Día de Segovia o «el eslabón más próximo a las instituciones y a la realidad de cada ciudadano en su día a día», dice María Coco, de segoviaudaz.es; es «el escaparate para sus iniciativas culturales locales o para las tradiciones y las peculiaridades de sus pueblos», cuenta Mariví Domínguez, jefa de redacción de La 8 Segovia, que continúa con que ellos hablan de «lo que no te cuentan en los grandes medios, en un contexto y territorio reconocible que los espectadores agradecen y reconocen, y ese es uno de los aspectos más gratificantes». «No es raro el día que alguien por la calle te felicite por tu trabajo, o llamen a la redacción para pedirte que nombres más a su pueblo a la hora de dar el tiempo», explica Olga Rubio, cámara de La 8 Segovia.
Porque, en general, la audiencia, sea del medio que sea, sabe dónde buscar información. «Otro asunto es que se conozca en profundidad lo que cuesta sacar adelante el periodismo de provincias, las condiciones de los que trabajamos en esto y los medios», explica Patricia. Y aquí llega, como siempre, la precariedad.
Los medios locales, sin medios
Ésta puede ser, sin duda, una de las cuestiones más repetidas. Se saca el trabajo adelante con lo que se tiene, que en ocasiones es muy poco, y que suele ser inversamente proporcional al empeño y entusiasmo con el que se trabaja la información a diario. «No todo el mundo entiende la precariedad de los medios de comunicación locales ni el coste personal que supone dedicarte a esta profesión», recuerda Fuentetaja. «No podemos llegar a todo lo que nos gustaría y merecen los segovianos, pero se trabaja desde la más absoluta honestidad y profesionalidad», sentencia Mariví. Y es que, «hay muchísima autoexigencia y respeto por hacer las cosas bien a pesar de tener que hacer frente a muchas carencias y falta de medios y recursos», apunta Patricia.
Porque, al final, esto va de contar noticias, de llevar la información a aquellos que la demandan y necesitan. Eso se hace a nivel nacional e internacional, pero también en las provincias, que ahí, al final, es donde se mueve todo. «No tenemos menos categoría por ser periodistas de provincias, todo lo contrario. Los informativos, los boletines, los periódicos están llenos de historias cercanas, y esas historias surgen en nuestros entornos. Es realmente fascinante poder conocer y aprender tanto de las pequeñas cosas cotidianas, más allá de lo que sucede en el Congreso de los Diputados o en Moncloa porque son nuestras historias, las pequeñas, y las cotidianas, las que importan realmente a los lectores, las que influyen en su vida, las que les hacen felices o preocupan», afirma María Coco. «Quizá tengamos un punto menos de consideración porque en lugar de cubrir debates parlamentarios o crisis internacionales, nos dedicamos al bache de la calle tal, el problema vecinal o el reportaje de barrio, por poner algunos ejemplos», explica Marcelo Galindo. En cualquier caso, esta proximidad, dice, «ha hecho que los medios de ámbito local estén soportando mejor -a mi juicio- la dura crisis del sector, porque el ciudadano medio demanda más información de lo que pasa en su entorno más inmediato».
Ellos han elegido esta profesión, quedarse en su tierra y estar cerca. Es una balanza de pros y contras (como todo en la vida) donde, en este caso, pueden la ilusión y las ganas.

