- El periodista y, sobre todo, su rebelde flequillo son historia de la televisión y un icono de la pequeña pantalla de los años 70.
Ni los millenials ni los de la Generación Z ni… Posiblemente, solo los boomers recuerden al gran Alfredo Amestoy. Su flequillo rebelde, sus mordaces e irónicos comentarios, su tono sarcástico, gestos y esas gafas de pasta hicieron del periodista un icono de la televisión de los 70. Pero, ¿qué fue de Alfredo Amestoy?
Nacido un 8 de abril de 1941 en Bilbao, cursó periodismo en Madrid y en la Universidad de Navarra. Sus primeras colaboraciones fueron con La Gaceta del Norte y, en Madrid, en programas de la Cadena SER dirigidos Bobby Deglané y José Luis Pecker.
En los 60 saltó a la televisión junto a Manuel Martín Ferrand y con programas informativos con Luis del Olmo como locutor. Pero fue en los 70 cuando explotó en popularidad gracias a programas como Puerta grande (1970), 35 millones de españoles (1974-1975), La España de los Botejara (1978) y 300 millones (1979-1981), entre otros.
Alfredo Amestoy trabajó también en la primera etapa de la que conocimos como Tele 5, con Valerio Lazarov, dirigiendo dos programas gastronómicos: Entre platos anda el juego y Comer es un placer y allí conocimos a un tal Ferrán Adriá. También en esta cadena dirigió y protagonizó A salto de cama, una serie de breves episodios en tono de comedia muy típica de la época.
En este Qué fue de dedicado a Alfredo Amestoy no podíamos olvidarnos del Ondas que recibió, junto a José Antonio Plaz, por 35 millones de españoles, y dos Antenas de Oro (1969 y 1985). Ya en los 90, pasó al otro lado de la cámara, escribiendo guiones, colaborando con diferentes publicaciones y escribiendo algún libro con títulos que siempre me parecieron muy sugerentes como En el cielo no hay Chanel, Perritos Calientes o Últimas Voluntades.
Casado con la cultura, Alfredo Amestoy fundó el Club de Amigos de la Boina y fue nombrado presidente de Amigos de la Gran Vía. Además, como buen bebedor de vino, pertenecía al Club de la Cepa y siempre ha confesado su gusto y placer por la pesca en el mar. Está casado con la vida y enamorado de Ana María Muñoz, la mujer de su vida como siempre ha dicho.
Don Alfredo Amestoy sigue con nosotros disfrutando de la vida a sus ochenta años. Defensor de ser el primero, “de la primicia más que de la exclusiva” ha sido maestro de muchos. Hoy conserva intacta la chispa, el sentido del humor y su pasión por el diálogo abierto.