- Periodista icono de la transición española, dio el salto a los negocios, ocupando cargos en decenas de empresas
Ladislao de Arriba Azcona, más conocido como Lalo Azcona, nació en Oviedo el 20 de junio de 1951. En los inicios de su carrera, fue corresponsal en Madrid del diario asturiano La Nueva España. Pero cuando el presidente Adolfo Suárez nombró a Rafael Ansón director de RTVE, éste creó el grupo que llegó a denominarse de los “cuatro magníficos”: Eduardo Sotillos, Pedro Macía, Miguel Ángel Gozalo y Lalo Azcona. Y, pronto, Lalo Azcona se convirtió en el periodista icono de la transición española.
Se hizo especialmente famoso durante los años setenta cuando, en el verano de 1976, se le encargó la edición y presentación de la primera edición del Telediario de TVE, la única que había en esa España del postfranquismo. Un puesto que ocupó hasta finales de 1977. El joven Azcona triunfó con su peculiar y cercana forma de dar las noticias, ya entonces, con el nudo de la corbata torcido y destacando por ser el presentador más atractivo de la época. Además, la extremada educación y rigor informativo con el que lo hacía fueron muy valorados tanto por la izquierda como por la derecha.
Tuvo la oportunidad de retransmitir la Transición en directo, con acontecimientos como la legalización del Partido Comunista de España o las primeras elecciones democráticas. Su labor al frente del Telediario, le valió el Premio TP de Oro de 1977 al Mejor Presentador.
Más adelante apareció también en algún que otro programa de Televisión española: En 1977, presentó brevemente el espacio 300 millones y, entre 1981 y 1983, se puso al frente del espacio de debate En este país.
Salto al mundo de los negocios
Duró poco porque pronto decidió dar el salto, un exitoso salto, a los negocios, ocupando cargos en decenas de empresas. De hecho, hasta hace un tiempo figuraba en 129 páginas de la conocida base de datos Informa ocupando diferentes puestos como socio, consejero, apoderado o administrador de múltiples sociedades. Ya en el mundo de los negocios siguió un tiempo como tertuliano con su buen amigo Jesús Hermida y con José Cavero en la segunda cadena.
Pero ¿qué fue de Lalo Azcona tras dejar la televisión? Siempre estuvo bien relacionado con el poder. De ahí que, en 1983, crease, junto a ocho socios, la empresa Estudio de Comunicación. Con el control del 51% de la sociedad y de la mano de su inseparable amigo, el asturiano Benito Berceruelo, actual consejero delegado, comenzó su exitosa carrera profesional en el mundo de los negocios. Sirva de ejemplo que en 2015 llegó a facturar 7,8 millones de euros. Hoy por hoy, se considera la mayor consultora española de comunicación corporativa operando en más de veinte países.
El mismo año que fundó Estudio de comunicación (1983), Lalo Azcona consiguió su primera gran jugada empresarial de la mano de Explosivos Rio Tinto. Con más de 115.000 millones de pesetas de deuda, ERT era el principal grupo industrial privado de España. Azcona sería fichado por José María Escondrillas como, lo que hoy conocemos, dircom de la compañía. Hicieron el tándem perfecto.
Un pelotazo de más de mil millones de pesetas
Cuando ambos entraron en la corporación, cada uno invirtió entre 25 y 50 millones de pesetas en acciones, conocedores, según se ha publicado, de las ayudas que iban a recibir por parte del Gobierno de Felipe González. Compraron con valor de 40 pesetas y, poco tiempo después, vendieron por 2.750, dando un pelotazo que se calcula entre 1.700 y 3.450 millones de las antiguas pesetas.
Quien se pregunte qué fue de Lalo Azcona a raíz de esta operación, se puede decir que se convirtió en la versión española del personaje Richard Gere en ‘Pretty Woman’, metiéndose en negocios con problemas, reconvirtiéndolos, dándoles valor y consiguiendo grandes beneficios. Otro de los más sonados fue con la entrada de Tecnocom y su venta a Indra. Lalo Azcona, con el 18,7% del capital y presidente de la compañía, recibió aproximadamente 36 millones de euros en efectivo, y 2,4 millones de acciones de Indra valoradas en ese momento en 23 millones de euros.
Sus relaciones con el poder y el mundo económico son infinitas. En este punto, cabe destacar su amistad con su paisano Jesús Ortiz, padre de doña Letizia, que ha trabajado en Estudio de Comunicación durante 20 años hasta hace unos meses que se jubiló.
Aventuras en el sector audiovisual
En el año 2000, junto con los Albertos, Azcona adquirió una participación en el canal de televisión Antena Aragón, emisora de ámbito autonómico, liderada por el empresario aragonés Antonio Rey. Tres años después, Azcona vendería su participación a varios grupos empresariales y de medios de información, consiguiendo también pingues beneficios. Jesús Ortíz, siempre fiel a los postulados de Azcona, llegó a dirigir durante un tiempo la emisora de radio del grupo empresarial aragonés hasta el momento en que su jefe dejó de formar parte del accionariado.

Azcona ha tenido más aventuras por tierras aragonesas. En el año 2010, fue fichado por el entonces propietario del Real Zaragoza, el constructor soriano Agapito Iglesias, un hombre de confianza del entonces Gobierno de Aragón, para llevar a cabo un estudio de viabilidad que culminara con la posible venta de este equipo a un grupo inversor extranjero. La operación no fructificó. Es más, fue el inicio del declive del equipo maño.
Una de las pasiones de Lalo Azcona siempre ha sido el arte siendo su colección privada una de las más importantes de este país. Es conocido que llegó a pagar una deuda de una de sus sociedades, Doble A Promociones, con un cuadro de Juan Gris “Mujer en un tocador”, pero, presuntamente, resultó ser falso, a pesar de que había sido aceptado por la conservadora jefe del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Periodista, empresario de éxito y uno de los muchos protagonistas que aparecieron entre los Papeles de Panamá, cuando se pregunta qué fue de Lalo Azcona, la respuesta es la de una vida de un millonario con sus muchas luces y no pocas sombras.