Queremos que Melchor, Gaspar y Baltazar vengar cargaditos de juguetes ... y también de buena literatura. Recomendaciones literarias periodistas andaluces.

Recomendaciones literarias de periodistas andaluces para los Reyes

Desde Extradigital queremos que Melchor, Gaspar y Baltazar vengar cargaditos de juguetes … y también de buena literatura. Por eso, hemos preguntado a jefes de sección, responsables de delegaciones de medios y periodistas por sus recomendaciones literarias. Pistas para los regalos del la noche al día del 6 de enero. Y, sobre todo, para comenzar un 2022 repleto de buenas historias.

* Se trata de una pieza informativa abierta, se incluirá más recomendaciones¡¡

«La anomalía», de Hervé Le Tellier (Seix Barral). Óscar Gómez. Qwerty Podcast.

El Premio Goncourt es casi siempre una marca que distingue obras imprescindibles de la literatura contemporánea francesa, y «La anomalía» lo es, desde luego, en primer lugar por su original estructura: el autor nos presenta en los primeros capítulos las vidas inconexas de una decena de personajes a los que sitúa, hacia la mitad de la novela, en torno a un hecho inexplicable: el salto en el tiempo de un avión de pasajeros, para luego devolvernos a las vidas de los protagonistas, transformadas radicalmente por el acontecimiento. Es una novela de Ciencia ficción (así, con la ‘C’ mayúscula por la fidelidad con la que explica su autor, matemático por cierto, determinados fenómenos de la física) que probablemente veremos pronto convertida en serie de Netflix o en ficción sonora de Spotify.
Una historia que se enriquece con una trama de tensiones geopolíticas y de dramas interiores de los personajes, y sobre todo, una obra que cumple con una de las principales funciones de las artes narrativas para hacer que el lector se pregunte constantemente: «¿Qué habría hecho yo?».

«Enciclopedia B-S», de José Emilio Burucúa en la Editorial Periférica. Alfredo Valenzuela. Agencia EFE.

La principal satisfacción de leer este libro es la de encontrarse con una obra maestra, cosa que sucede muy pocas veces, sobre todo mientras más nos alejamos de los clásicos. Burucúa es un autor con un talento narrativo fuera de lo común. A medida que uno avanza en la historia de estas dos familias sacudidas -literalmente- por el siglo XX en Europa y América y en el naciente Israel se va asombrando cuando va descubriendo que todo lo contado, más que histórico, es real, que todo ha sido investigado y documentado por un autor capaz de contar ese tipo de cosas que forman parte de la gran literatura de siempre, donde el humor no oculta lo trágico ni aún lo épico. Y todo dentro del ámbito familiar, o sea, del universo.

«Las Cenizas de la Vida», de José Pla (Destino). Victor A. Gómez. La Opinión de Málaga.

No lo puedo evitar: si se publica algo de Pla, ese libro acaba siendo, para mí, el mejor del año. Esta colección de la faceta narrativa de un escritor más conocido por lo memorialístico y lo periodístico confirma que su mirada y su voz, en el formato que fuera, siempre fueron unicas, intransferibles. Y deja claro, una vez más, que el universo Pla es inagotable.

«Un caballero en Moscú», de Amor Towles (Editorial Salamandra). Eva Saiz. El País.

A priori, recomendar Un caballero en Moscú (Salamandra, 2019), un libro que narra las más de tres décadas de arresto domiciliario en el hotel Metropol de su protagonista, condenado por los bolcheviques, podría no ser la mejor sugerencia cuando aún no nos hemos repuesto del último confinamiento y cada vez se hace más real la llegada de otro.

Sin embargo, la segunda novela del norteamericano Amor Towles, combina el devenir de la historia de la Rusia de la primera mitad del siglo XX con la agudeza y personalidad del conde Alexandr Ilich Rostov, que tras los muros del lujoso hotel en el que debe cumplir su pena, evidencia el valor de las relaciones humanas -que teje con la variopinta fauna humana que entra y sale, pasea y habita en sus elegantes salones, restaurante y habitaciones, descritos con exquisita sutileza-, y la importancia de la amistad, del amor, de la lealtad y sobre todo, de afrontar los reveses de la vida sin perder los principios, todo un manual para navegar por la vida en todas sus vertientes, en libertad o reclusión.

“Si uno no controla las circunstancias, se expone a que las circunstancias lo controlen a uno”, afirma el conde. La narración inteligente y el carácter del protagonista -o protagonistas, porque el hotel es otro personaje esencial- seducen y atrapan desde la primera página. 

«Los Ingratos», de Pedro Simón (Editorial Espasa). Teresa López Pavón. El Mundo.

Pedro Simón hace un reconocimiento a aquellas mujeres que han criado a los hijos de otros. La novela, de una prosa bellísima en su sencillez, es también una mirada del adulto a su infancia, pero no solo como un ejercicio ventajista de nostalgia sino como la constatación de que somos en buena medida lo que otros cultivaron y, por tanto, no deberíamos dejar pasar la vida sin darles las gracias. Y regalar este libro es una manera de hacerlo.

«Diario de Goebbels». Ediciones G y P (Planeta). José Lugo. La Razón.

Aunque han sido varios los títulos publicados durante 2021 que han despertado mi curiosidad, ningún texto me impactó tanto como las anotaciones que durante los últimos años del Tercer Reich realizó con meticulosidad Joseph Goebbels. No hay en ellos ni una pizca de profundidad, ni literaria ni intelectual, tampoco un pasaje bello en el que recrear la lectura. Desde el primer momento la náusea acompaña a cada párrafo del responsable de la información y la propaganda del más infame de los gobiernos. Cinismo, mentiras y manipulación, un brutal ejercicio de egolatría que ponen los pelos de punta cuando se levanta la vista de las hojas y se mira alrededor para ver la realidad en la que chapoteamos. Aunque dolorosa, su lectura crítica se hizo apasionante. 

Como periodista llama la atención leer párrafos como el que me niego a no transcribir, porque parte de lo que anuncia Goebbels se sufre desde hace unos años en la dialéctica poder-medios de comunicación.

Escribe el ministro nazi el 14 de abril de 1943: “Silex, redactor jefe de Deutsche Allgemeine Zeitung, ha escrito un reportaje acerca de la forma en que se celebra la conferencia de Prensa (sic). Aunque el tono de su trabajo es un poco insolente, no cabe duda de que da en el blanco. Ningún periodista decente, con un sentido mínimo del honor, puede soportar la forma en que le trata el Departamento de Prensa del Gobierno del Reich. Los periodistas tienen que sentarse en unas mesitas como si estuvieran en un colegio. Naturalmente, esto puede tener consecuencias serias para el periodismo del futuro. Cualquier persona que tenga un residuo de honor evitará cuidadosamente convertirse en periodista”.

Lógicamente estas notas fueron escritas para consumo interno de Goebbels y no para que las conociera el pueblo alemán ni ninguno de los lectores de los 11.000 periódicos que controlada con mano de hierro. Comparar nuestro momento con la Europa de los años treinta y cuarenta no tiene espacio en ninguna mente sana, pero sí es cierto que mucho de lo que salió de la cabeza del ministro cojitranco, que veía a Hitler como “un hombre que trabajo bajo el amparo de Dios”, es pauta común en el tratamiento de la desinformación institucional, el uso de la propaganda política, el hostigamiento a la opinión pública y la consecuente degradación de la democracia en nuestro país. Quédense con esta frase: “Cualquier persona que tenga un residuo de honor evitará cuidadosamente convertirse en periodista”. Feliz 2022.

«Hamnet», de Maggie O’Farrell (Editorial Asteroide). Pablo Bujalance. Málaga Hoy.

Mi recomendación literaria en relación con 2021, tal vez el libro que más he disfrutado y saboreado este año, es ‘Hamnet’, la novela de la escritora norirlandesa Maggie O’Farrell, publicada en España por Libros del Asteroide.

La autora recrea libremente la figura histórica de Anne Hathaway, la mujer de William Shakespeare (aquí llamada Agnes, tal y como aparece consignada en varias fuentes), para narrar una historia portentosa y a la vez extraordinariamente sensible sobre el poder redentor de la creación y la imaginación. O’Farrell centra su historia en Hamnet, el hijo menor del matrimonio, fallecido a los nueve años durante una epidemia de peste, y trenza a partir de este acontecimiento (uno de los pocos verificados en la misteriosa biografía de la protagonista) una mirada poética de largo alcance sobre el dolor, la familia y la esperanza.

Los amantes de Shakespeare disfrutarán esta aproximación novedosa a ‘Hamlet’, pero, más allá de esta particularidad, cualquier lector caerá rendido sin remedio ante la exploración emocional que sirve la autora en bandeja. Si debe prevalecer un modelo para la novela histórica en el presente, que sea ‘Hamnet’.

Tres recomendaciones andaluzas. Andrés González Barba. ABC.

La literatura andaluza está en un buen estado de forma. Prueba de ello es el hecho de que tres autores de la tierra -David Monthiel, Luis Manuel Ruiz y Salvador Navarro- acaban de publicar unas novelas que tienen un denominador común: su calidad.

David Monthiel (Cádiz, 1976) acaba de ganar el XLIV Premio Literario Kutxa Ciudad de Irún por «Historia provincial de la infamia» (Algaida). El autor define esta obra como «un artefacto literario» donde la realidad y la ficción crean un interesante juego de espejos en el que el lector tendrá que determinar qué hay de verdadero en estas historias que se cuentan. 

Por su parte, Luis Manuel Ruiz (Sevilla, 1973) rescata a dos de sus más notables personajes, la inspectora Esther Béjar y el criptógrafo Mo Pardo, en su novela última novela, «No contaban con mi astucia» (Algaida). Se trata de una interesante trama «criminal pop», como el autor la define, en la que se producen una serie de asesinatos en torno a un misterioso Playmobil que está detrás de todos estos sucesos. 

Finalmente, Salvador Navarro (Sevilla, 1967) acaba de publicar su nueva novela, «Y si aparece». Escrita en apenas un año, este autor narra una historia en la que se mezclan el amor y el misterio a raíz de que la protagonista, Lara, descubre en casa de su amante una fotografía de Maxi, el padre de su hijo, al que conoció veinte años atrás durante una intensa relación que ambos mantuvieron en Londres. A partir de ese hecho azaroso querrá reencontrarse con este.  

«Los Aires Difíciles«, «El Lector de Julio Verne» de Almudena Grandes (Editorial Tusquets). Juan José Téllez.

Este año y los venideros, más que nunca, creo que hay que leer a Almudena Grandes. Yo sugiero sus dos novelas más andaluzas, Los Aires Dificiles y El Lector de Julio Verne. Naveguen por ellas más de 20.000 leguas bajo el levante.

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