Al iniciar la campaña electoral desde la Red de Colegios Profesionales de Periodistas se pidió a los partidos políticos que facilitaran y respetaran el trabajo de los periodistas. El papel que desempeña el periodismo de rigor en una sociedad democrática es clave, pero en periodo electoral su importancia es aún mayor.
Lo vivido o, mejor dicho, lo sufrido durante estas últimas semanas ha sido lamentable, pero no por ello inesperado. Eso sí, nunca debemos caer en el error de normalizarlo, porque entonces ahí habremos firmado nuestra sentencia de muerte. Los ataques proferidos contra periodistas, por parte de algunos candidatos durante la campaña electoral, son una prueba evidente de la falta de respecto de algunos de nuestros políticos hacia la libertad de prensa y el derecho a la información.
Asimismo, lo sucedido durante la noche electoral y el día después de las elecciones debe hacernos reflexionar al sector periodístico, pero también a la propia ciudadanía, sobre las medidas urgentes que debemos adoptar para salvaguardar los principios fundamentales del periodismo.
Es inaceptable que en algunas de las comparecencias de los representantes públicos no se permitiera a los periodistas realizar preguntas.
Si a un periodista le quitas la opción de preguntar le estás impidiendo que haga su trabajo de manera correcta y lo más preocupante, le estás impidiendo a los ciudadanos recibir la información que se merecen. Al igual que sucede con los insultos y señalamientos a periodistas, no debemos resignarnos a que nuestros representantes públicos intenten evitar por todos los medios la función de control al poder que debemos ejercer los periodistas.
Pero no todos los problemas vienen de fuera. También debemos mirar hacia dentro de la profesión para detectar los errores cometidos. Hay que hacer autocrítica y rechazar que haya periodistas que, por diversos motivos, han dejado de serlo para convertirse en comisarios políticos de una u otra ideología. Cuando un periodista se convierte en militante político está dando la espalda a la única militancia que tendría que tener, que no es otra que la búsqueda de la verdad.
Pedro Lechuga Mallo es el decano del Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León.