Roberto Sanz es como una bocanada de aire fresco cuando entra por la puerta. Siempre con su sonrisa puesta derrocha, además de simpatía, un entusiasmo que bien podría definir su ‘yo’ laboral y personal, y hasta esta entrevista.
Lleva al frente de la comunicación de Matarromera desde 2016. Pero esta vez no hemos querido entrevistarle como Dircom de la bodega; hemos querido conocerle como uno de los componentes del ‘once ideal’ de la Comunicación en Castilla y León. Hemos buscado respuestas que nos den una visión más amplia del mundo de la comunicación corporativa; en este caso, entre viñedos y barricas. Ésta es solo la primera de once charlas en las que podremos definir a través de los ojos de once personas diferentes, el estado de la comunicación en la Comunidad.
Empezamos.
Digamos que hay que ponerle un adjetivo a la comunicación corporativa basado en tu experiencia. Así, sin más, una definición rápida. ¿Cuál sería?
Estratégica. La comunicación corporativa de cualquier organización del siglo XXI debe formar parte de la estrategia de gestión de la misma y ser clave de creación de valor, transmisión de atributos e interacción con la sociedad.
El papel del Dircom es fundamental en la actualidad, si no dejarías al azar la cadena operativa de una empresa ¿por qué hacerlo con la comunicación? Se trata de un área de creación de valores imprescindible para cualquier organización.
¿Ocupa, actualmente, la comunicación el lugar que le corresponde en las empresas?
No puedo ser tan rotundo en mi respuesta porque depende mucho de sectores y de empresas, pero lo que sí puedo afirmarte es que se ha avanzado muchísimo.
Las compañías son cada día más conscientes del papel fundamental que tiene la comunicación en la construcción de su reputación, en la gestión de posibles crisis, en la relación con sus grupos de interés, en el valor de los intangibles y en la transmisión del papel sostenible que tiene.
Una empresa viva es una empresa que se comunica, que interacciona, que escucha y que debe ser cercana y estar implicada. Para ello es clave contar con un equipo de comunicación y establecer una estrategia acorde.
Analicemos debilidades y fortalezas de la comunicación en el sector del vino en Castilla y León. ¿Qué le falta y/o que le sobra? ¿De qué puede presumir?
Que hay un camino recorrido en el sector es indudable pero aún falta mucho también por recorrer. Me explico; si miramos atrás hace una década se contaban con los dedos de la mano las bodegas que contaban con una persona de comunicación. Hoy es algo más habitual, pero sigue siendo cosa de unos pocos. Mi recomendación es que si no pueden contar con una persona de manera interna al menos lo hagan de forma externa pero que confíen en la importancia de la comunicación.
En el sector vitivinícola hay estupendos profesionales que están gestionando marcas no sólo en nuestro país sino a nivel global, y esto tiene mucho mérito. Siempre ensalzamos a otros países cuando nos debemos sentir orgullosos de lo que somos y de lo que se ha realizado.
En el mundo del vino fortalecer una marca es clave para obtener un buen posicionamiento que genere confianza, credibilidad y diferenciación en un escenario tan competitivo.
Desde tu posición, desde el lugar que ocupas en el mundo de la comunicación, ¿cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Esta pregunta me hace sentir mayor. Sin duda los mayores retos se produjeron en mi etapa en Navarra cuando la banda terrorista ETA aún estaba activa y dormías con un oído pendiente de cuándo sería la siguiente llamada. He vivido desalojos de centros comerciales por avisos de bombas, conflictos y huelgas, crisis de comunicación… pero también entregas de premios con presencia de SSMM los Reyes, lanzamiento de acciones a nivel global o inauguraciones destacadas. Pienso que todas ellas contribuyen a ir llenando nuestra mochila de experiencias y que de cada una se extrae una enseñanza que nos hace ser un poquito mejores cada día. Con independencia de actos concretos, el mayor estímulo es poder trabajar con el equipazo que me rodea cada jornada; me siento muy feliz de contar con todos ellos.
¿De qué herramienta no podrías prescindir en tu trabajo diario?
¡Del entusiasmo! Esa es mi herramienta vital y doy gracias cada día porque me acompañe fielmente al despertar. A partir de esta herramienta se puede afrontar cualquier reto, cualquier desafío, construir un buen clima de trabajo y desde de ahí no hay límites para un equipo. Ese debe ser el motor que nos mueva para disfrutar de una profesión tan apasionante como esta.
Si tuvieras que nombrar o elegir un ejemplo de buena comunicación corporativa, ¿Cuál sería?
No hace falta irse muy lejos. Mi compañero y amigo Chema Sánchez lleva años realizando una labor excepcional en Iberaval. Ha implantado una comunicación 360 grados en un sector muy exigente y lo ha realizado haciendo una transición y modernización de los atributos de marca, elaborando nuevos canales de difusión, reforzando alianzas con sus grupos de interés y obteniendo un posicionamiento digital privilegiado que sólo puede ser el resultado de una estrategia bien planificada y aún mejor ejecutada.
Vamos a ponerte en un aprieto… ¿Quién te hubiera gustado que formara parte de este ‘once ideal’ y que no está en la lista?
Al contrario, es un placer porque creo que tenemos la inmensa fortuna de contar con excelentes profesionales de la comunicación corporativa en nuestra región por los que siento verdadera admiración. Además del ya comentado Chema, tengo compañeros impresionantes como Silvia Herrero, Ana Carretero; María Eugenia García, José Antonio Lobato; Raquel Pajares y un largo etcétera de colegas de profesión que estamos muy unidos y con los que me siento totalmente identificado y agradecido.