Madrid, Cataluña, Canarias y …. quizás algún día Andalucía. Pasar de ser ‘Centro Territorial’ a ‘Centro de Producción’. Este es el deseo de cumpleaños que desde nuestra comunidad han pedido por sus 50 años de emisiones con acento andaluz.
No sólo ser una delegación informativa sino tener mayor peso en la producción de programas para las diferentes parrillas de la RTVE. Aprovechar el potencial del sector audiovisual andaluz y explotar con más factor humano y últimas tecnologías la sede del Alamillo.
Así lo defendió ayer Paloma Jara, directora de la RTVE en Andalucía. Una funcionaria por oposición de la radio televisión pública, que pretende sacarle el máxima partido a su responsabilidad. No solo como administradora del momento actual sino también como planificadora de momentos futuros.
Y en la conversación del almuerzo organizado por la Asociación del Progreso de la Comunicación, dejó claro su postura. Que no es otra que pelear y luchar por el peso específico que merece con justicia la delegación andaluza. Con mejores equipamientos y también con un mayor peso en los contenidos.

Esto último supone avanzar en la escálela ante estereotipos de temas anclados a personas y territorios. Y conquistar otros que lleven la mirada del sur y su forma de hacer periodismo. Máximo cuando son temas comunes, como la educación, «el inicio de curso da igual que se haga desde Madrid que desde Almería».
Presión política y servicio público
Paloma Jara también se refirió al último año de pandemia, que ha vivido con sentimientos encontrados. Por una parte, la oportunidad informativa que supone informar sobre un asunto que copaba toda la actualidad, toda. «No había agencia política, institucional, empresarial … había que empezar de cero todos los días con un único norte: el servicio público. Eso te daba grandes posibilidades para hacer periodismo».
Pero por otro lado, también suponía organizar la redacción para el teletrabajo en tiempo récord. «En un fin de semana nos transformamos digitalmente y cambió la dinámica de trabajo», nos comentó. Pero también. la responsabilidad de quien organiza equipos que van a enfrentarse de cara a la enfermedad y la muerte. Además de vivir situaciones de contagios y enfermedades graves en el equipo con unas circunstancia tan adversas. «He llorado como una magdalena», nos confesó.

No eludió a la pregunta de cómo se gestiona un medio público con partidos políticos en diferentes instituciones. Dejó a un lado lo políticamente correcto y con convicción respondió: «somos servicio público y nos debemos a él». Igualmente, aprovechó la oportunidad para reconocer públicamente el rol desempeñado por el gabinete de comunicación de la Consejería de Salud en la pandemia.
En definitiva, de nuevo, los encuentros de la APC no defraudaron al más de medio centenar de profesionales de la comunicación que se dieron cita en el Hotel Silken. Igualmente sobresaliente estuvo el músico Alejandro Ortega, que participó con su extraordinaria forma de interpretar el violín.