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Una acción callejera – con el sello de la Escuela de Creativos Brother Madrid- ha empapelado el barrio madrileño con carteles cargados de ironía para denunciar la subida de los alquileres en la zona
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Los promotores de la iniciativa animan a los ciudadanos a compartirlo en redes sociales bajo el hashtag #stopm2deoro, en alusión al actual “precio de oro” del metro cuadrado
“Se alquila esquina sin ventana por 700 euros y un disgusto”, “Se alquila este buzón sin calefacción por 450 euros y un huevo de dragón” o “Se alquila banco sin lavadora por 575 euros y la piedra filosofal” son algunas de las frases de los carteles que han cubierto el barrio madrileño de Malasaña, en el marco de una acción callejera – con el sello de la Escuela de Creativos Brother Madrid– con la que se quiere denunciar de una manera irónica la exagerada subida de los precios de los alquileres en la zona centro de la ciudad.
Los carteles, que siguen el formato del conocido póster de “se alquila”, tienen como objetivo «denunciar la subida de los alquileres» y animan a los ciudadanos a compartirlo en redes sociales bajo el hashtag #stopm2deoro, en alusión al actual “precio de oro” del metro cuadrado, según explica el coletivo detrás de la iniciativa en un comunicado.
En un paseo de diez minutos por las calles del famoso barrio los transeúntes podrán ver los distintos carteles que han sido pegados en cubos de basura, buzones, paredes, esquinas, cabinas de teléfono y bancos. Esta acción callejera «surge de la necesidad de frenar esta subida y del hartazgo de los ciudadanos a causa del precio del alquiler en Madrid, casi un 60% más caro que la media nacional», señalan los promotores de la misma en un comunicado.
Y es que, según explican, mientras que un piso de 80 metros cuadrados costaba 724 euros al mes en 2013, a finales de 2017 el precio se había incrementado hasta los 916 euros mensuales. A esto añaden que “no solo el metro cuadrado se vende a precio de oro, sino que muchos pisos no tienen las características básicas para ser habitables». De esta situación es de la que surgen los irónicos mensajes que protagonizan los carteles de esta campaña. Y es que los precios de los alquileres están tan altos “que te pueden costar hasta un órgano del cuerpo”, denuncian.
