Hay que elegir:
- O 32 años en obras con un gasto de 7.695 millones de euros y ocupando las dependencias. Es como si hubiesen celebrado Misa mientras arreglaban la Catedral de Tarazona.
- O 6 años con traslado a otro lugar con una restauración que asciende a 4.725 millones de euros.
Esta es la duda de los inquilinos del edificio que en este caso es la sede del Parlamento británico. Westminster está hecho unos zorros: instalación eléctrica obsoleta, piedra desgastada, escayola que se cae, ausencia de ascensores y la torre del Big Ben inaccesible hasta para el relojero.
Si sirve de algo mi opinión –que seguro que sí- voto porque se trasladen. Soportar ruidos durante una obra de 32 años con sus 12 meses cada uno es para denunciar a los parlamentarios por incompetentes.
Esto no sé a quién pedírselo – si a los Lores o a los Comunes- pero no se les olvide encargar que monten una sala de prensa para medios de comunicación.