Alicia Casado es la directora de la agencia de comunicación»Seis60«, que acaba de cumplir 10 años y que se ha consolidado en Sevilla y Andalucía a base de ilusión, trabajo y reconocimientos. Nacieron en plena hecatombe económica pero han hecho bueno aquello de que «las crisis son oportunidades.
Sin ánimo de hacer spoiler, pues viene bien contarlo, como pregunta reclamo en vuestra web, pero ¿por qué os llamáis Seis60?
Es una pregunta muy recurrente que nos han hecho en muchas ocasiones durante estos diez años. Y es justo la duda que queríamos generar cuando creamos el nombre. Tiene su origen en la Torre de Babel que, según se cuenta, debido a problemas de comunicación entre las personas que trabajaban en su construcción no pudo lograr su propósito de alcanzar el cielo. Esta torre medía 660 pies de altura. Por ello, Seis60 retoma este espíritu emprendedor y nace con el objetivo de que ninguna dificultad comunicativa pueda impedir a una empresa u organización alcanzar una meta.
¿Cuáles son los problemas de comunicación más comunes que os encontráis en empresas e instituciones?
Los problemas más comunes que encontramos son la falta de estrategia, de hábitos y roles comunicativos, de planificación y gestión de contenidos… Cuando conocemos a una nueva empresa o institución, lo primero que suele sorprendernos es la cantidad de conocimiento e información que hay dentro, el know how de quienes la integran. Sin embargo, ese gran valor no se transmite, no llega a la sociedad, al menos como podría y debería ser. Y en la mayoría de los casos es porque no se sabe cómo gestionarla y sacarle partido, porque no cuentan con un perfil profesional de la comunicación destinado a ello o porque hasta el momento ni se habían planteado que lo que hacen se puede contar. Por tanto, conseguir reunir la información, ordenarla y poner en marcha la ‘maquina comunicativa’ es el primer reto al que nos enfrentamos.
En este sentido, cuando en Seis60 empezamos a trabajar con entidades nuevas siempre les decimos lo mismo: lo más difícil al principio es conseguir que integréis en vuestro día el hábito de la comunicación, ese ‘chip’ que debes tener siempre activo para detectar todo lo que es potencialmente comunicable. Pero cuando nos llaman es porque ya existe una sensibilidad dentro de la organización hacia la comunicación, porque saben que es importante y que hay que apostar por ella, y eso nos encanta. Nos encanta llegar a un lugar nuevo, empaparnos de todo lo que se hace allí y planificar y gestionar los flujos informativos para lograr que se conozca entre los públicos que más les interesan. Y nos encanta que nos abran la puerta de su casa y nos dejen entrar hasta el fondo, que confíen en nosotros y que nos dejen libertad para proponer.
Nos decía Paco Bocero el otro día en una entrevista que “somos unos fenómenos haciendo productos, pero hay que venderlos más y mejor”. ¿Cómo ayudáis a crear un propósito y relato, creíble y confiable, con vuestros clientes?
Como comentaba antes, hay mucho valor dentro de muchas empresas, pero pocas lo cuentan y lo muestran al exterior, e incluso al interior. Lo primero a trabajar es la coherencia y el sentido común que, como bien reza el dicho, muchas veces es el menos común de los sentidos. Las marcas deben mostrar lo que son, su personalidad, y no pretender aparentar lo que no son. Este principio tan básico es la clave a la hora de desarrollar la estrategia comunicativa y cuando las marcas lo cumplen es más fácil alcanzar los objetivos y lograr un relato creíble y confiable. Hay que dejar de lado las incoherencias y apostar por lo que son, por sus valores diferenciales, por sus características y sus rasgos propios.
Las personas más auténticas, las que más gustan, no son las que intentan aparentar lo que no son, sino las que se muestran trasparentes y dejan ver su personalidad. Con las empresas y las organizaciones ocurre lo mismo. Por tanto, lo primero que hacemos es conocer la marca, detectar sus puntos fuertes y también los débiles y diseñar una estrategia acorde a su forma de ser. A continuación, la ponemos en marcha y permanecemos atentos a lo que ocurre, a las reacciones, a lo que más gusta y a lo que menos; y actuamos en consecuencia. Al principio hay que probar y probar. Otro aspecto importante es medir continuamente.
En definitiva, no existe una fórmula mágica que aplicar a todas las marcas (ojalá). Se trata de entrar de lleno en ella, conocerla y sentirla como si fueras parte de ella, y a continuación transmitir lo que hace, siempre con coherencia y sentido común, y también mucho cariño.
Esto seguro es parte del éxito durante los 10 años de andadura. ¿Qué balance personal, como equipos, hacéis? ¿Qué ilusiones se han visto superadas?
Durante 10 años en Seis60 hemos vivido muchas cosas. Nacimos en época de crisis económica, cuando las empresas empezaron a recortar gastos, muchos de ellos precisamente en comunicación. Por tanto, fue un reto arrancar con la incertidumbre de lo que ocurriría. Al principio solo pensábamos a corto plazo: a ver si conseguimos superar los 6 meses de vida, con estos clientes tenemos para que la empresa se mantenga el primer año, con un poquito más garantizamos los 2 años… y mira, llegó un momento en que ese pensamiento desapareció porque, sin darnos cuenta, ya estábamos rodando.
Y en todo este tiempo hemos tenido sentimientos de todo tipo. Cuando pones en marcha tu idea, con compañeros y mucha ilusión, todo se vive de forma muy intensa, no lo sientes como trabajo. Cada pasito adelante es una satisfacción enorme y cada error un pellizco fuerte que necesita tiempo para que pase. Eso sí, siempre hemos tenido objetivos claros en mente hacia los que dirigirnos. Al principio, sobrevivir. Después, mantenernos. A continuación, mejorar nuestro posicionamiento. Y luego, crecer, ampliar el equipo y completarlo con perfiles distintos… y mejorar, siempre mejorar.
Y en todo este camino hemos visto cómo nuestra idea se hacía realidad y nuestro proyecto SEis60 se consolidaba; cómo pasábamos de compartir oficina a tener una propia, para después mudarnos al centro de la ciudad; cómo los proyectos que nos confiaban eran cada vez de mayor envergadura; y cómo el equipo creía y se enriquecía con nuevos profesionales y compañeros.
Además del crecimiento en patrimonio emocional y gestión de intangibles, la agencia crece en facturación a buen ritmo y desde Sevilla la agencia se expande. ¿De dónde partís una vez cumplidos los 10 años?
Seis60 ya está bien asentada y es conocida en Sevilla y Andalucía, donde contamos con clientes de prácticamente todas las provincias. Y desde hace unos años estamos dándonos a conocer a través de varios clientes a nivel nacional, donde nos estamos consolidando a medida que pasa el tiempo. Trabajamos con prensa de todas las provincias de la geografía española de forma continua y diaria, y eso hace que dominemos ya los medios de comunicación a lo largo y ancho del país.
Realmente da igual estar ubicado geográficamente en Madrid que en Sevilla, puesto que se trata de una función que se lleva a cabo a través de llamadas e emails, aunque estés en Madrid. Y si es necesaria la presencia física contamos con estupendas vías de comunicación y transporte. Además, trabajamos con empresas relevantes y punteras. Nuestra principal fuente de facturación es el sector privado. Aunque poco a poco también estamos trabajando cada vez más con entidades e instituciones públicas.
¿Qué misión y visión tenéis para la próxima década?
Nuestra misión continúa siendo la misma: seguir trabajando con la misma pasión y ganas que hasta ahora, disfrutando de lo que hacemos. Es la única forma de mantener la fidelidad y buena relación que tenemos con nuestros clientes, y su confianza plena.
Y nuestra visión es seguir creciendo de forma controlada con el fin de que el equipo que hemos logrado engranar siga perfeccionando su movimiento y pueda disfrutar de los éxitos que logramos conjuntamente.
Que así sea. Mucha suerte.
