- José Coronado, Mercedes Sampietro, José Luis Alcaine y Álex de la Iglesia reciben el reconocimiento de la 66ª Semana Internacional de Cine de Valladolid.
La 66ª edición del Festival Internacional de Cine de Valladolid ha celebrado este martes el Día del Cine Español; y lo ha hecho mediante la entrega de las Espigas de Honor a cuatro grandes profesionales, en sus respectivas especialidades artísticas. Así, José Coronado y Mercedes Sampietro han recibido el reconocimiento en el área de interpretación; en la dirección de fotografía, José Luis Alcaine, y en la realización, a Álex de la Iglesia.
En la rueda de prensa anterior a la gala, moderada por la periodista Eva Moreno, los cuatro cineastas han querido agradecer este premio a la Seminci. «Es un honor que se acrecienta al compartirlo con tres monstruos a los que admiro desde que empecé», manifestó Coronado. El protagonista de La caja 507 y No habrá paz para los malvados ha rememorado cómo sus comienzos con Seminci fueron difíciles, «con una película de Delibes que se recibió con pataleos hace 35 años», (en referencia a El tesoro). «Me propuse conseguir un premio antes o después, jamás imaginé que sería una Espiga de Honor».
Sampietro ha destacado que para ella la Espiga de Honor de la Semana de Cine es «un reconocimiento de cariño muy grande»; para su vida «Seminci es algo muy importante», donde ha compartido «cosas buenas, cosas malas y cosas divertidas».
José Luis Alcaine, más filosófico, asume que un premio a la trayectoria profesional implica, ineludiblemente, «volver la vista atrás»; aunque es alguien que prefiere «mirar adelante a mirar atrás», concede que «es muy interesante repasar y revivir épocas, momentos y películas». Con todo, a vista de pájaro el director de fotografía enfoca su Espiga como «un punto y seguido, un punto y vuelta a empezar».
Alex de la Iglesia, visiblemente entusiasmado, ironizó que él recibía la Espiga de Honor «con horror»; aún se siente «un crío, un adolescente», bromeó. «El verdadero premio es encontrarte con hermanos, eso es algo muy especial», en referencia a sus tres compañeros.
Comienzos, éxitos y futuros
Los cineastas agasajados en la Gala del Cine Español de la 66ª Seminci también volvieron la vista atrás a sus mayores logros; incluso se atrevieron a elucubrar sobre su futuro con una Espiga de Honor en su haber. Coronado no tuvo problemas en identificar No habrá paz para los malvados como la mejor decisión de su carrera: «Enrique Urbizu tiene la valentía de romper con lo establecido»; y consideró que el premio de hoy «trae más alegrías pero no cambia tu forma de ver tu trabajo ni de ver la vida».
Sampietro optó por su trabajo en El pájaro de la felicidad, en el que coincidió con Alcaine. Éste en cambio aprovechó la pregunta sobre la importancia de la Espiga en su trayectoria para alabar a la Semana de Cine de Valladolid: «Normalmente estos premios se conceden a una sola persona por cada edición del festival, pero es una maravilla que la Seminci haya optado por premiar a cuatro personas de cuatro departamentos distintos y les sienten hoy aquí juntos a hablar de cine».
Por su parte, De la Iglesia juzgó difícil en exceso escoger un único momento que sobresaliera por encima de los demás. «En la vida hay épocas buenas, épocas terribles, y cosas maravillosas que pasan en épocas terribles», dijo. Sin embargo, el artífice de 30 monedas destacó que «cada película es una guerra: el cine acelera la vida y en ese sentido todo cobra importancia; tu amigo es tu amigo del alma, y necesitas usar todo tu carisma para seducir y atrapar a aquel que dice que ‘solo es un profesional’, que sabemos que es mentira, para que te quiera con toda su fuerza y consigáis hacer juntos una película extraordinaria».
La entrega de las Espigas de Honor
Los cineastas recibieron oficialmente sus Espigas de Honor en una Gala desde el Teatro Calderón. La fiesta contó con la presencia de Esther García, Manuel Gutiérrez Aragón, Teresa Font, Emilio Gutiérrez Caba, Gracia Querejeta, Irene Visedo, Judith Colell, Enrique Urbizu, Carlos Areces y Pablo y Mafalda Carbonell.