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El espacio de la televisión aragonesa aborda algunas de las incertidumbres que planean sobre la agricultura y ganadería aragonesas
Tempero celebra este sábado, a partir de las 15.15 horas, su programa número 500 en Aragón Televisión entre trigos, cebadas, cerezas, albaricoques, ovejas y vacas. Un aniversario especial para este espacio, uno de los más longevos de la parrilla de la cadena autonómica, que afronta con optimismo el futuro del sector agroindustrial.
Tempero analizará en el programa de televisión los modelos tradicionales de agricultura y ganadería en Aragón. Para ello, contará con la participación del consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad en funciones del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona.
Desde hace años, está en juego el porvenir del modelo familiar de agricultura aragonés. Un modelo cerealista y de pequeñas extensiones que debe adaptarse a los nuevos tiempos para subsistir. El programa de Aragón Televisión abordará la necesidad del cooperativismo, lo que supone la PAC para el agricultor o los caminos que éste debe transitar para asumir las nuevas tecnologías. Todo ello con el único objetivo de la supervivencia de la pequeña explotación.
Pasado, presente y futuro del sector frutícola
El espacio, que dirige José María Paraled, también hablará sobre el pasado, presente y futuro de las explotaciones frutícolas. ¿Por qué la fruta no cuenta con las ayudas de la Política Agraria Común? Una pregunta que tiene orígenes históricos y a la se intentará responder el próximo sábado. La necesidad de incrementar la exportación y de apostar por variedades cada vez más diversas son dos de las claves fundamentales para afrontar el futuro con garantías.
Por último, en Tempero también se acercará al devenir de la ganadería, haciendo énfasis en las explotaciones extensivas de ovino. Ahí continúa latente el problema del lobo y el oso, así como el principio de sostenibilidad. ¿Hasta qué punto debe adaptarse el modelo extensivo a las exigencias del mercado, o hasta qué punto debe ser al revés? Las respuestas nunca son fáciles cuando sobre el planeta se cierne la amenaza del cambio climático