Desde Extradigital ya hemos advertido del poco caso que se está haciendo al impacto emocional en esta crisis. Los titanes «salud» y «economía» se tragan otros aspectos igualmente perjudiciales para el bien común. El estudio de cómo percibe y canaliza una sociedad sus sentimientos también puede ser una buena vacuna.
Pero para ello, los científicos también deben preguntarse cuál es la salud sentimental de los españoles para elaborar un diagnóstico y sanarse de esas heridas invisibles. Con ese propósito los profesores José Carlos Losada Díaz (Universidad Murcia), Leticia Rodríguez Fernández (Universidad Nebrija) y Francisco Javier Paniagua (Universidad de Málaga), han elaborado un estudio donde analiza el impacto de la información sobre el COVID19.

Una suerte de identificar aquellas emociones en la primera fase de la pandemia. La interpretación, canalización y el efectos de las mismas luego impacta directamente en la forma que nos hagamos responsables o no ante las medidas. Y que respondamos o no al mandato institucional, es decir, lo hagamos más legítimo o no.
Así las noticias de la pandemia generaron emociones negativas en la población. Concretamente de tristeza, ansiedad, miedo e ira. También en ocasiones confianza. Por otra parte, los temas que más interés tuvieron para los encuestados (más de 1800 encuestas on line), son los datos de evolución de la pandemia, medidas de protección y las formas de contagio.
Credibilidad de las instituciones
Las fuentes más creíbles fueron las organizaciones y las autoridades oficiales, el personal sanitario y los medios de comunicación. De hecho, en los primeros momentos la gestión de la comunicación de crisis realizada por el Gobierno tiene una nota de 7,5.

En esta línea, tanto la ‘empatía’ como el ‘apoyo emocional, son los mensaje oficiales mejor valorados. Igualmente, a valora «positivamente» la capacidad del gobierno por «entender» y «ponerse en el lugar de la ciudadanía» por encima de otro intereses.