Elon Musk quiere una nueva relación con el cliente y para ello ha tomado cuerpo la idea de que la popular red deje de ser gratuita. De esta forma pasaría de soportarse con publicidad a tener su viabilidad exclusivamente en las suscripciones por el servicio. La aplicación dejaría de ser un polarizador de opiniones y realmente trataría de aportar valor neto real a todos sus usuarios. Musk considera que el que el antiguo Twitter sea una plataforma de pago disuadirá a los actuales usuarios con varias cuentas y al universo de bots que prostituyen la red, y así conseguir que la capacidad de manipulación baja a mínimos deseables.
Ahora cambiará el concepto. Dejaremos de enfadarnos al leer opiniones que no nos gusten a saber que nos enfadamos y encima pagamos por ello. Va a ser un escenario tan novedoso como desconocido. La red no hay que olvidar que, nació como una forma de estar en contacto con amigos y familiares y pronto mutó a miles de usuarios que se creían tertulianos de cualquier medio de comunicación.
Es una incógnita saber qué porcentaje de los usuarios que suelen publicar decidirían pagar. Esto es importante. Más del 80 % de los actuales simplemente leen, por lo que es comprensible suponer que no van a pagar. Esta es una clave decisiva que marcará, no sin riesgo, el futuro de una de las redes sociales más populares del mundo.
Veremos como resuelve Musk este cambio que provocará una nueva relación con el usuario. Se abre así la veda para la aparición de redes alternativas gratuitas que traten de recoger a aquellos consumidores de Twitter que no estén dispuestos a pagar por el servicio. Cambios a la vista y quien sabe si una verdadera revolución. Seremos millones los afectados.
