Si a cualquiera de nosotros nos hubieran contado hace solo unos meses que todo el país y buena parte del mundo iba a estar guardando una cuarentena por un virus altamente contagioso para el que no existe tratamiento, hubiéramos pensado sin duda en el argumento de una serie de televisión o una novela. Una distopía, habríamos dicho, una situación indeseable pero afortunadamente imposible.
Sin embargo, el COVID-19 ha hecho saltar muchas de nuestras certezas y nos está obligando a realizar un esfuerzo que todavía resulta difícil de evaluar porque no ha finalizado. Numerosas empresas ya están sufriendo dramáticamente las consecuencias y muchos expertos coinciden en que el mundo que saldrá de este trance será diferente a la que hoy conocemos.
En los primeros días laborables de confinamiento se han presentado cientos de expedientes de regulación temporal de empleo por parte de empresas que literalmente no pueden prestar sus servicios, otras –incluidas las administraciones- se encuentran con la problemática de cómo abordar el trabajo en remoto, mientras que los colegios e instituciones educativas tienen que plantearse cómo afrontar sus clases y evaluaciones en un escenario que podría alargarse más de los quince días decretados inicialmente en el estado de alarma.
En este contexto, creo que las empresas que, como la que dirijo, nos dedicamos a la tecnología tenemos que hacer un esfuerzo para poner los instrumentos de los que disponemos al servicio de las necesidades del presente y de futuro. Colaborar en la implantación de la digitalización en todos los procesos donde sea posible, tanto en la empresa como en la educación.
Desde ese convencimiento, Media Interactiva, a través de nuestras líneas de negocio Pedagoo, MeasureUp y Certinet, quiere poner, en este momento crucial, su experiencia al servicio de la sociedad.
Buscamos, entre otros objetivos, ayudar a que los centros educativos puedan realizar sus evaluaciones a distancia, a que las personas puedan formarse en las competencias digitales imprescindibles para nuestro presente y nuestro futuro o a que las empresas tengan herramientas para trabajar en remoto. En definitiva, contribuir a construir una sociedad que tendrá que ser, sí o sí, más digital e interconectada. Y es que en estos días más que nunca nos estamos dando cuenta de la necesidad de implantar la digitalización en todos nuestros procesos donde es posible, tanto en la empresa como en la educación.
Es la obligación moral de todos contribuir a aportar algo para la mejor salida de esta crisis. Empezando por la conducta personal –el mero hecho de quedarse en casa para prevenir contagios es una forma de salvar vidas- y continuando, como es nuestro caso, con los conocimientos y tecnología para facilitar allí donde alcanzamos a que la transformación digital sea un hecho en nuestra sociedad y a que salgamos de esta crisis con el menor daño posible y con nuevas fortalezas para el futuro.
Para finalizar, considero necesario dejar claro que escribo estas líneas, como no podía ser de otra manera, desde mi domicilio. Todo el equipo de Media Interactiva está trabajando en remoto, cumpliendo así las recomendaciones de confinamiento de las autoridades. Es responsabilidad de todos frenar la curva de propagación del Coronavirus COVID-19.