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IPSOS abre en Madrid su segundo ‘shopper lab’ en el que se combinan las técnicas de investigación tradicional junto con el neuromarketing
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El espacio recrea un auténtico ‘súper’ donde los clientes podrán testar ‘in situ’ sus productos, PLV, precios o promociones antes de lanzarlos al mercado
El punto de venta ha ido tomando cada vez más importancia en las decisiones de compra, hasta tal punto que la gran mayoría de la cesta de la compra se decide allí. Además, el comprador actual valora cada vez más la experiencia de compra en su conjunto. En este contexto, el shopper lab que IPSOS tiene en Barcelona se ha consolidado como una de las iniciativas más pioneras en lo que se refiere al estudio del comportamiento comprador en España. Animado por ello, el instituto de investigación de mercados ha abierto en Madrid un segundo laboratorio.
Se trata de un espacio cerrado que recrea un supermercado, que contribuye a obtener in situ un análisis holístico o 360º del comprador, conocer sus necesidades, las motivaciones que le llevan a una elección concreta, el nivel de influencia de todos los elementos del marketing mix, el efecto en ventas que produce un cambio de ubicación en el lineal o incluso cómo ayuda toda la publicidad en el punto de venta a la toma de la decisión.
Así, se puede replicar planogramas exactos, con la marca de la distribución que el fabricante desea, testar cambios de implementación en el lineal, medir los tiempos que un comprador tarda en encontrar o adquirir un producto, o probar el recuerdo y notoriedad de las marcas presentes. También se puede confirmar la facilidad en la navegación por el lineal y la tienda, indagar en aquello que más llama la atención del comprador en los envases (si han leído la marca o las propiedades del producto, o las calorías), o si el precio del producto a testar es hace variar las decisiones de los clientes.
Para ello, el shopper lab de Ipsos integra la investigación tradicional junto con la neurociencia aplicada al marketing. Es el caso de las Eye Tracking Glasses (gafas que permiten saber dónde se dirige la mirada y en función del movimiento, duración y fijación de los ojos se deducen tanto las zonas de mayor interés y atractivo, como las que pasan desapercibidas para el comprador) y la biometría.