Acertado ha estado el presidente en su elección de programas de televisión en esta campaña. Ganó con sus ausencias en el debate a cuatro de El País y enviando a Soraya cual holograma para sustituirle en el Debate de A3.
Las entrevistas concedidas a Ana Blanco, Piqueras, Antonio Jiménez, Bertín Osborne y la Campos le han servido para explicar sus logros, vender su programa electoral y acercarle del plasma a sus votantes y potenciales sin haberse despeinado. Sólo le resta el debate de esta noche en la Academia de la televisión con el venido a menos Pedro Sánchez donde este humilde Cronista augura, al menos, tablas para el presidente.
Estrategia perfecta, por tanto, la de don Mariano que reconoce sus carencias televisivas. Ha explotado sus fortalezas en la distancia corta y ha rehuido enfrentarse con los líderes de los partidos emergentes que gran experiencia han adquirido en los últimos años.
Hace un tiempo “nuestra y Oprah Gail Winfrey” española era María Teresa Campos. Hoy ese lugar considero que lo ocupa Ana Rosa. El pasado sábado ‘La Campos’ resucitó a la Winfrey que lleva dentro al entrevistar a Rajoy en “Qué tiempo tan feliz”.
El líder del PP prometió revisar las prestaciones de las empleadas del hogar, reconoció ser muy hincha de la labor de los concejales, defendió su reforma laboral, la recuperación de este país, nos invitó a hacer deporte, alabó lo positivo que era que Podemos estuviese en las instituciones y no en la Puerta del Sol, habló de Cataluña y hasta se permitió lanzar una certera pulla a Sánchez al decirle que no debía haber asistido al debate a cuatro ya que lo que le correspondía como líder de la oposición era debatir con él mano a mano.
Buena la entrevista de la periodista malagueña que hace tiempo debía haberse retirado. A este paso superará a mi querido Luis del Olmo en alargar esto del periodismo activo. Los hijos es lo que tiene… Este Cronista haría lo mismo. En el momento que Maria Teresa diga adiós, Terelu adiós dirá por obligación y no por deseo.
Me gustó que el presidente reivindicase la cultura del esfuerzo y del trabajo y que, jugando con el nombre del programa, prometiese un tiempo más feliz.