Unas cuantas food trucks, algunos puestos de comida diferente, mucha barba, algún que otro moderno y Las Armas.
Así ha sido el evento culinariogastrocooltural que este fin de semana ha reunido a un montón de gente para un único objetivo: comer. Y esta vez comer diferente por nos parecía que andábamos en una feria americana o en alguna calle de Berlín. Algunos puestecillos ya nos sonaban porque eran conocidos gastrogaritos de Zaragoza como el Uasabi (Calle Cuatro de Agosto) o el Jalos (Pasaje Argensola) pero la forma era diferente, y eso gusta.
Gusta lo nuevo, lo que huele a que viene de fuera, aunque uno de los puestos más transitados era el Grupo Pastores (pero pintado al estilo Ternascou Made in Texas). Si viene de fuera y huele a USA entra bien y es que poco a poco esta ciudad se nos está poniendo bastante molona. Hace unos meses vino una clienta de Barcelona y la llevamos a la hamburguesería el Cebrian (nada mágico, pero con un toque chulo) y de su boca salió: «Anda, no me imaginaba yo que en Zaragoza teníais sitios tan molones». Uy, ¿qué te imaginabas amiga? ¿barras de metal con mostradores llenos de torreznos, morro y gamba Orly? Nos quedan muchos así todavía pero nos estamos poniendo las pilas en cuestiones del molar. Y es que tal vez la imagen que proyectamos como ciudad «mediana» sea esa, la que los medios transmiten en las noticias de medio día, la de «muchismo frío maña al cruzar el puente Santiago» y la de «mucha calor hace, lo de este verano no es normal», que por si no os habéis dado cuenta siempre es la misma señora, prima hermana de la «un chaval muy normal, no se metía con nadie pero mira» (esta es cosecha de mi socio @davidruestag ). Y es que somos así… muchismo burros pero cada vez más creativos porque nos ponen un evento así y acudimos todos, hasta la señora de las noticias.
Aplaudo los eventos como el de este fin de semana y espero que sigan haciendo de esta ciudad un entorno creativo, diferente y con esa esencia de buena gente que tenemos, ¡que eso también hay que decirlo!.