La ilusión por un sueño, el triunfo de la curiosidad. Con 13 años ya compartía ondas con Jesús Quintero, fundó la primera radio on line de Andalucía y ha conseguido, otra vez como pionero, llevar un programa 100 % «podcaster» a la parrilla de la Ser en Andalucía. Álvaro Martín es ejemplo de cómo la vocación es capaz de mover montañas …
Además del fenómeno “Zafarrancho Vilima” fuiste el primero en montar una radio on line en Sevilla y Andalucía. ¿Qué buscabas en Internet?
Encontré un refugio, al igual que otros compañeros y compañeras, una vez que prescindieron de mí en mi anterior trabajo. Me ofreció la posibilidad de no desparecer del mapa de la comunicación. Una persona que se dedica a contar cosas si no tienes medio dónde hacerlo se queda en nada. Un comunicador en cuánto deja de aparecer ya no existe. Entonces me decidí por una radio on line para diferenciarse del resto. Mientras otros encontraron ese cobijo en un blog, yo perseguí mi sueño: si alguna vez tenía los recursos económicos suficientes iba a montar una emisora, y si era posible desde mi propia casa. Como Jesús Quintero con “Radio América”, donde tuve la primera oportunidad de pisar un estudio de radio. Y toda esta facilidad para emprender y hacerlo por ti mismo te lo da Internet.
Debutó entonces a lo grande, con Jesús Quintero …
Era un chavalillo de trece años en un tranquilo colegio de Sevilla mientras en el mundo se desataba la Guerra del Golfo. Jesús quería la visión de alumnos sobre este conflicto y pegaron en la puerta del colegio buscando a niños con capacidad de expresión, locuaces. El profesor rápidamente, al responsable de producción le espetó: “Llévate a este que habla mucho y me lo quitas de clase”. En enero del 91 con otros compañeros tuve ese golpe de suerte. Pero acabado el programa no quería que mi paso por la radio quedara ahí. A posta, a pesar del frío, me dejé mi abrigo para tener una nueva excusa para volver. Eso hice, me agradecieron la intervención del día anterior y escuché la pregunta que ansiaba: “¿Quieres entrar otra vez en la radio?”. Y desde entonces mi actividad extraescolar era pasarme por la radio de “El Loco”. Allí encontré mi vocación y mi pasión.
Y dentro de la radio en Internet una de sus “estrella” es el podcast, ¿Ha dejado de ser el repositorio de programas para brillar con entidad propia?
Depende del programa. Hay quienes toman el podcast como una hemeroteca digital, que apenas mueven ni difunden. Otros lo orientan más a un servicio a la carta. Todo depende de la intención que tengas a la hora de realizar el programa. Para nosotros el podcast tiene una importancia máxima porque no sólo te da la libertad de escucharlo cuando quieras sino donde quieras. Nos sentimos muy orgullosos de la comunidad de emigrantes españoles que siguen nuestro programa. Personas que se fueron a buscarse la vida fuera y que encuentran en “Zafarrancho Vilima” una cercanía que ahorra esa distancia física. Por otra parte, creo que todavía el podscast no es la estrella porque le falta penetración, superar la brecha digital, que sea un elemento disponible de manera intergeneracional y también que sea cómodo de buscar y escuchar. Que sea tan sencillo como ir en el coche y ponerlo directamente en la radio sin necesidad de enlazarlo con el bluetooh, encontrar el programa, luego el episodio … Se ha avanzado, pero falta la evolución tecnológica suficiente para llegar a las grandes masas.
En vuestro caso, es también la primera vez que un podcast pasa a la programación convencional, ¿como fue ese tránsito? El tránsito fue precioso. Muchas veces comienzas proyectos pensando en que los méritos te terminarán llevando a algo más pero desgraciadamente pocas veces ocurre. No por falta de calidad o profesionalidad sino porque los gerifaltes no lo escuchan o el producto no ha traspasado la barrera hasta llegar a ellos. Y por eso, es de justicia y tengo que reconocer la figura de Antonio Yélamo. No sólo como el gerente que gestiona la Ser en Andalucía sino como persona inquieta que busca nuevos valores y dar con la fórmula que refresque su medio constantemente.
El tránsito fue bonito porque sin enchufes, sin contactos, hemos conseguido un sueño: que alguien se fijara en nosotros. Zafarrancho Vilima comienza como una forma de pasar un buen rato, dar rienda suelta a mi creativividad y expresar mi forma de entender la comunicación. Pero también como escaparate, y la SER fue quien se fijó en nosotros.
Hablemos de su libro radiofónico. Para los que están por disfrutar su programa. ¿Como define “Zafarrancho Vilima”?
Es un viaje al pasado, pero en el tren de la Bruja. Un programa de nostalgia, en el que recordamos como éramos, como vivíamos, qué cosas formaba parte de nuestra cultura popular, pero con una risa. Tengo una cita de Woody Allen que resumen la esencia del programa: “la comedia es tragedia más tiempo”. Cuando estás en familia o con amigos hablas de tiempos pasados acabas riéndote. Esa es la esencia Zafarrancho Vilima, un programa de nostalgia que acaba llevándote a la risa. No somos humoristas profesionales pero sí me gusta hacer las cosas distendidas y divertidas.
Es decir, un programa vintage que va a la última en radio; humor en unos momentos donde la cosa se ha puesto muy seria en los medios.
No queremos hacer una etiqueta del vintage. De un tiempo a esta parte pareces que no eres sevillano si no te gusta El Pali, Silvio, si no bebes Cruzcampo. No hay que reivindicar lo que no ha estado ni está condenado al ostracismo. No hay que hacer banderas para defender la sevillanía, no hace falta esos iconos. Hablamos de cosas antiguas pero no las reivindicamos como autoafirmación de la ciudadanía.
Siendo Internet un espacio de Libertad, a los “guasas” que quieren limitar el humor en los medios y redes. ¿Que les diría?
En mi vida a las personas que más atención le presto son aquellas que son capaces de contarme las cosas con una sonrisa en la cara. Me gustaba informarme con programas como ‘Gomaespuma’ o ‘Caiga Quién Caiga’. No es más solemne una noticia en formato serio, es más ponerte serio es quitarte cuota de mercado. Pienso que el humor es el mejor canal para decir verdades. Fíjate en el pacifista Gila … Otra cosa son los límites del humor que yo lo sitúo en que lo que se cuenta y como se cuenta tenga o no tenga gracia. También ayudaría que los cómicos se riesen de sí mismos, ese es el principio.
¿Qué te gustaría hacer en un futuro?
Estoy muy concentrado en “Zafarrancho Vilima”. Soy una persona muy exigente conmigo mismo y siempre voy buscando la manera de ofrecer un mejor producto. Pero, aprovechando los huecos de SER+, también me gustaría hacer un programa de entrevistas de larga duración. Me gusta este género y creo que se me da bien.
Y en ese hipotético espacio qué le preguntarías a un chiquillo de trece años que viene a recoger un abrigo olvidado como excusa para hacer radio …
(Se emociona el entrevistado) Le preguntaría qué tal en su vida. Soy curioso, muy cabrón y se leer entre líneas. Entonces lo primero que me llamaría la atención es qué hace un niño de trece años solo en una emisora … Y luego sin ambages buscaría el motivo real del porqué esta allí, si por liberación, porque no tiene amigos, porque no quiere estar en su casa …
